Desde 1983 hay teléfonos móviles y también redes. Al menos, dado que los teléfonos inteligentes son asequibles para todos, ya no son indispensables en nuestras vidas. Desafortunadamente, la radiación del teléfono móvil no es tan inofensiva como nos gustaría desear esto. Los estudios han demostrado que la exposición a largo plazo a la radiación del teléfono celular puede provocar dolores de cabeza, fatiga, insomnio e incluso cáncer. Por lo tanto, es necesario protegerse contra él. El estudio doble ciego fue publicado en la revista científica Frontiers in Neuroscience. Los chips para teléfonos móviles reducen el aumento de la actividad cerebral del EEG causada por los campos electromagnéticos emitidos por los teléfonos móviles.